Hace no mucho “descubrí” el cine de extraterrestres (y no me refiero a Alien ni Depredador) al que nunca le había prestado mucha atención y vi que, aunque siendo bastante cutre, era entretenido. Así que empecé a ver películas y aquí estoy hoy para comentar algunas de ellas. De hecho, voy a empezar por una que han tachado como la peor película de la historia, Plan 9 from outer space.
Plan 9 from outer space, de Edward D. Wood JR. (Ed Wood para los amigos), va de unos extraterrestres (que son personas normales y corrientes pero vestidos con ropa estrafalaria) afincados al lado de un cementerio y que tienen la “brillante” idea de hacer resucitar a los muertos para impedir que la humanidad destruya el universo (o.O). Un guión bastante surrealista, zombies ortopédicos, escenas sin sentido alguno y una nave que parece el salón de una casa (¿¿??) es lo que os vais a encontrar en esta joya de película. No obstante, yo os la recomiendo porque es tremendamente entretenida. Ahí queda dicho.
La cosa (el enigma de otro mundo), de John Carpenter, es para mi una de las mejores películas de terror/extraterrestres que he visto en mi vida. ¡Una jodida obra maestra! La cosa va de un extraterrestre que cayó en la Antártida y quedó congelado hace miles de años. Un grupo de científicos lo encuentra y dicho extraterrestre acaba descongelado, con lo cual empiezan las muertes. Además, el ente posee la capacidad de absorber a los seres vivos y mutar transformándose en ellos. En este punto de la película es cuando todos empiezan a desconfiar entre sí y se empieza a crear tensión, porque cualquiera podría ser el extraterrestre. La puñetera película te mantiene en tensión y suspense hasta que acaba, y tiene escenas memorables como la de la perrera o la de la cabeza arácnida… Para todo aquel que le guste el terror y/o los extraterrestres, o que no le gusten (da exactamente igual), esta es una película que no puede faltar.
La invasión de los ladrones de cuerpos, de Don Siegel, es un peliculón lo mires por donde lo mires. La trama principal de la película trata de unos extraterrestres que han logrado introducirse en un pueblo de Estados Unidos y son capaces de crear copias exactas de las personas (las cuales nacen de unas vainas) y suplantarlas. El protagonista, al ver que sus vecinos empiezan a comportarse de un modo extraño (son mansos y obedientes), se mosquea e investiga, hasta que descubre el pastel e intenta hacer algo. La película se podría decir que empieza siendo casi terror para luego pasar a la ciencia ficción. Es muy buena, pero el final no me termina de gustar, porque la chica se convierte en uno de los malos (aunque esa escena es escalofriante).
Invasores de Marte, de William Cameron Menzies, va de un platillo volante que viene de Marte y que aterriza y se entierra cerca de una casa. El niño que allí vive ve cómo desaparecen las personas donde está ese platillo (incluido su padre) y cómo vuelven con una personalidad completamente distinta. Entonces pide ayuda a un astrónomo amigo suyo para descubrir qué pasa. La película es cutre como ella sola, y los extraterrestres son de risa (sobre todo el jefe, que es una cabeza en una especie de pecera), pero la historia te engancha. Eso sí, viendo esta película te ríes más que otra cosa.
La guerra de los mundos, de Byron Haskin, es un clásico entre clásicos. Aunque cambia mucho respecto al libro en el que está basado, la historia viene a ser la misma. Unos marcianos llegan a la Tierra y con sus vehículos (que deberían ser trípodes pero que no lo son) van matando a todo el mundo disparándoles con rayos calóricos (vamos, láseres) y que acaban muriendo por la razón más absurda que puede haber: mueren por culpa de nuestras bacterias. Pero, una raza que es capaz de viajar por el espacio, ¿no es capaz de estudiar nuestra atmósfera para saber si es dañina para ellos…?
Una escena que es memorable, y que a mi y a mis amigos nos hace gracia, es cuando uno de los extraterrestres pasa por delante de una ventana con los brazos en alto y moviéndose estrambóticamente…
La película está muy entretenida, aunque habría preferido que fuese más parecida al libro (en el que todo sucede en la época victoriana y la gente aún viaja en carros).
Están Vivos, de John Carpenter, es una película muy curiosa en la que unos extraterrestres que parecen zombies o gente en carne viva (aunque a nuestros ojos son humanos normales), no intentan invadirnos por la fuerza como suele pasar en estas películas, sino a través de nuestra propia política y otros métodos como mensajes subliminales que sólo se pueden ver con unas gafas especiales (que usa la “resistencia”), para convertirnos en corderos y manipularnos a su antojo. Técnicamente no está muy para allá (los extraterrestres son un poco cutres, aunque resultones), pero de guión no anda mal.
La guerra de los mundos, de Byron Haskin, es un clásico entre clásicos. Aunque cambia mucho respecto al libro en el que está basado, la historia viene a ser la misma. Unos marcianos llegan a la Tierra y con sus vehículos (que deberían ser trípodes pero que no lo son) van matando a todo el mundo disparándoles con rayos calóricos (vamos, láseres) y que acaban muriendo por la razón más absurda que puede haber: mueren por culpa de nuestras bacterias. Pero, una raza que es capaz de viajar por el espacio, ¿no es capaz de estudiar nuestra atmósfera para saber si es dañina para ellos…?
Una escena que es memorable, y que a mi y a mis amigos nos hace gracia, es cuando uno de los extraterrestres pasa por delante de una ventana con los brazos en alto y moviéndose estrambóticamente…
La película está muy entretenida, aunque habría preferido que fuese más parecida al libro (en el que todo sucede en la época victoriana y la gente aún viaja en carros).
Están Vivos, de John Carpenter, es una película muy curiosa en la que unos extraterrestres que parecen zombies o gente en carne viva (aunque a nuestros ojos son humanos normales), no intentan invadirnos por la fuerza como suele pasar en estas películas, sino a través de nuestra propia política y otros métodos como mensajes subliminales que sólo se pueden ver con unas gafas especiales (que usa la “resistencia”), para convertirnos en corderos y manipularnos a su antojo. Técnicamente no está muy para allá (los extraterrestres son un poco cutres, aunque resultones), pero de guión no anda mal.
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